Sosegar la mente:
requisito para un buen sueño
Dra. Betty Pardey de Maldonado |
En el siglo pasado los científicos estudiosos del sueño se
preguntaron: ¿Es el sueño un estado pasivo, resultante del cese de actividad de
los sistemas de vigilia… o es un estado activamente generado por circuitos
cerebrales?
Las investigaciones
dieron la respuesta: Es un estado activamente generado por circuitos
cerebrales. Sin embargo, para que ocurra se requiere el descenso de actividad
de los sistemas que mantienen la vigilia. De allí que para dormir se necesita
minimizar la información sensorial, lo cual se logra adoptando una posición de
reposo que acalla los impulsos desde los músculos y las articulaciones; se
cierran los ojos para suprimir la información visual, se interrumpe la atención
hacia los estímulos externos y se disminuye la actividad mental.
Este último aspecto
es de vital importancia. A la incapacidad de suprimir pensamientos obsesivos y
angustiantes se atribuye la persistencia del insomnio y es eso lo que he
encontrado presente en la mayoría de los casos de insomnio recurrente o rebelde
al tratamiento. Esta incompetencia puede surgir de una situación de estrés,
pero también puede ser la manifestación de un temperamento nervioso y ansioso.
Se ha encontrado al temperamento ansioso como un importante factor de riesgo
para el insomnio.
En este punto es
útil resaltar que los sistemas que sostienen la vigilia son mucho más numerosos
que los sistemas que provocan y mantienen el sueño. Es así que mientras existen
al menos 7 sistemas en el tallo cerebral y la parte medial del cerebro que
actúan en forma asociada y redundante para activar al cerebro y mantenerlo
alerta, hay un menor número de circuitos nerviosos responsables de iniciar y
mantener el sueño. Esto podría explicar la mayor fragilidad del sueño en
relación a la vigilia.
La rumia de
pensamientos ansiosos y las emociones negativas resultantes, a la hora de
dormir, conducen a la sobre-estimulación de los sistemas de vigilia y de
aquella parte del sistema nervioso especializado en adaptar las funciones
inconscientes del organismo a la actividad – el denominado Sistema Nervioso
Autónomo Simpático. La activación mente-cerebro-cuerpo resultante se interpone
entonces en la consecución de un estado de relajamiento conducente a un buen
sueño.
El tratamiento
exitoso de este tipo de insomnio debe enfocarse en corregir esta alteración. A
este tema dedicaré la atención de los siguientes artículos.
* La doctora Betty Pardey de
Maldonado, autora de esta columna, es médico, de la Universidad Central de
Venezuela; neurólogo, la de Universidad “Cayetano Heredia”, del Perú y PhD en
neurofisiología, de la Universidad de Berkeley (California), Estados Unidos de
Norteamérica. Actualmente se desempeña como directora de la Clínica del Sueño,
en la Unidad Quirúrgica Los Sauces, en San Bernardino, Caracas.
Twitter: @PardeyBlogger -
email: pardeyblogger@gmail.com
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